El Sevilla ha vuelto a caer derrotado fuera de su estadio. El año nuevo no ha deparado nada nuevo. Una vez más, el equipo tiró a la basura la primera parte y los dos tantos del Granada supusieron una losa que pesó demasiado a lo largo del encuentro.
Las claves del partido:
- Los dos goles encajados en la primera parte y el juego del equipo evidenciaron que el planteamiento inicial de Unai Emery resultó erróneo. Los dos delanteros apenas entraron en juego con un centro del campo sin creación, la insistencia en jugar balones largos a Llorente hizo que el equipo apenas creara fútbol y no disfrutara de la posesión.
- La línea del centro del campo permaneció demasiada alejada del campo rival, totalmente desconectada de la zona ofensiva y de total contención, sin creatividad. Además, la línea defensiva, adelantada, posibilitó numerosas contras peligrosas por parte del Granada.
- Unai Emery reservó a varios jugadores claves con la mente puesta en el próximo derbi copero, como Banega o Konoplyanka, fundamentales en el juego del equipo. Si alineó por ejemplo a Vitolo, que cuajó un partido para olvidar, y no alineó de inicio a Cristóforo o a Immobile, tras el buen papel que desempeñaron frente al Espanyol. Cuando un futbolista se encuentra en un buen estado de forma hay que aprovecharlo.
- La zaga sevillista no estuvo a un buen nivel, demasiado blanda y permisiva. Los laterales se vieron desbordados, sobre todo, en la primera parte.
- Gameiro volvió a errar en una clarísima ocasión que habría supuesto el tanto del empate. Un delantero de su nivel no puede permitirse esos errores, por lo demás, estuvo voluntarioso y dejó algunas buenas jugadas aunque falló en lo más importante, el gol.
Unai Emery sorprendió incluyendo a Llorente y Gameiro en el once inicial, por primera vez en esta temporada, el técnico vasco alineó de inicio a dos delanteros. Otra de las novedades importantes fue la ausencia de Banega, estando el centro del campo formado por Iborra y Krychowiak. Esta última decisión resultó ser la que más lastró el juego del equipo durante toda la primera parte.
Los primeros minutos del encuentro pasaron sin pena ni gloria, con ambos equipos muy imprecisos y poco fútbol. El Sevilla parecía no tener un plan medianamente definido, abusaba de los balones largos a Llorente y las bandas no terminaban de funcionar. La línea del centro del campo, compuesta por Krychowiak e Iborra, se encontraba demasiado alejada de la línea ofensiva, por lo que la transición del juego y la conexión con los delanteros prácticamente era inexistente. El conjunto sevillista, carente de ideas sin Banega, solo podía crear fútbol cuando Reyes asumía el papel del argentino, se presupone que esa era la idea del técnico vasco, aunque el utrerano no tenía la libertad de movimientos que suele tener el argentino, respaldado por dos mediocentros y sin obligaciones defensivas, y debía ayudar a Mariano en defensa.
Aún así, la primera ocasión clara del partido fue para el Sevilla, en el minuto catorce, Reyes remató en boca de gol tras un pase lateral de Gameiro pero Andrés Fernández, muy encima, desbarató la ocasión. Apenas cuatro minutos después llegaría el tanto del Granada tras una pérdida del Sevilla, Rubén Rochina condujo la pelota y disparó desde la frontal, Sergio Rico no logró atrapar la pelota y el rechace cayó a merced de Success, que envió el balón al fondo de las mallas sin oposición. El Granada se adelantaba en el marcador en su primera ocasión de peligro. Sergio Rico no estuvo muy afortunado, puede resultar perfectamente lógico que no lograra atrapar el balón pero su despeje debería haberlo efectuado hacia un extremo en lugar de hacerlo al centro.
El Sevilla tenía que afrontar nuevamente un encuentro fuera de casa con un tempranero gol en contra. La reacción del conjunto sevillista no llegaba, Iborra disparó tras un saque de esquina botado por Reyes, aprovechando el desconcierto en la zaga del Granada pero el chut se marchó muy alto.
El fútbol del Sevilla brillaba por su ausencia, solo cuando Reyes, intermitente en la primera parte, entraba en contacto con el cuero. El balón parado se había convertido en el mejor aliado de los sevillistas, así, en el 26´, Rami cabeceó una falta lateral ejecutada por Reyes pero el esférico se marchó fuera por poco. En lugar de mejorar su juego, el Sevilla comenzó a sufrir cada vez más, el centro del campo prácticamente era inexistente, y el Granada ejecutaba sus contragolpes con suma facilidad, encontrando una y otra vez las espaldas de los laterales sevillistas.
Para colmo, Llorente y Gameiro apenas recibían balones produtivos, los laterales no se sumaban al ataque como en otras ocasiones por los problemas que les creaban al contragolpe y Vitolo estaba realizando un partido muy gris. El conjunto granadino disfrutó de varios contragolpes muy peligrosos, aunque no estuvo acertado a la hora de finalizar sus jugadas ofensivas. Se podía intuir que el segundo tanto del Granada estaba mucho más cerca que el tanto del empate. Y así fue, a los 36 minutos, tras un nuevo error defensivo en forma de pérdida, esta vez de Krychowiak, Peñaranda se hizo con la bola, condujo y logró plantarse en el área sevillista, superando a una floja defensa y ayudado por el desmarque y consiguiente arrastre de Succes, para batir a Sergio Rico con un disparo raso cerca del palo. El Granada, con una sola victoria como local en lo que va de campaña, había hecho ya lo más difícil, adelantarse en el marcador e incluso había incrementado su ventaja.
Los jugadores del Granada celebran el tanto para desesperación de Sergio Rico. |
El Sevilla continuó ausente, Sergio Rico tuvo que salvar los muebles casi a la altura del centro del campo cuando Peñaranda se disponía a iniciar la carrera en solitario al contragolpe, bien abortada por el guardameta sevillista. El gol de Vitolo en el añadido fue la mejor noticia que podía esperar el conjunto que dirige Unai Emery. El canario marcó, en boca de gol, al recoger un rechace de Andrés Fernández tras el intento de Gameiro por picar el balón ante la salida de éste. Sin tiempo para más se llegó al descanso, el Sevilla se había encontrado con un gol que facilitaba las cosas para el segundo periodo tras una primera parte nefasta.
En la reanudación, Unai Emery decidió hacer su particular revolución del encuentro, dando entrada a Cristóforo y Banega, sacrificando a Llorente e Iborra. A estas alturas, el técnico vasco debería saber que jugar con Llorente, no debería suponer jugar exclusivamente al pelotazo. El delantero riojano sabe jugar de espaldas y posee otras cualidades, además de ir excepcionalmente bien por arriba. Los balones en largo pueden y deben de ser un recurso, pero nunca una forma de jugar. El juego por banda, los centros laterales y diagonales, además de la estrategia a balón parado, son otros recursos compatibles con el espigado delantero del Sevilla.
Sea como fuere, Unai Emery pretendía reforzar el centro del campo con Cristóforo y dotar de creación al equipo con Banega en el campo. Lo cierto es que el juego del equipo mejoró considerablemente, aunque tampoco resultaba muy difícil de superar el juego mostrado durante la primera parte. Banega asumió el mando y el Sevilla comenzó a funcionar y a tener la posesión.
A los 50 minutos, Reyes, completamente solo en el área, remató de primeras un centro medido de Escudero pero su disparo salió demasiado centrado y el guardameta del Granada lo despejó con su pie derecho. Cinco minutos después, el Sevilla volvió a verse sorprendido por un contragolpe del Granada, Rami se vió obligado a cometer falta sobre Succes, que se disponía a iniciar una larga carrera en solitario hacia la meta sevillista. Los aficionados del Granada pidieron su expulsión aunque la repetición no ofrecía dudas, Kolo, seguía de cerca la jugada y no era una ocasión manifiesta de gol.
El conjunto sevillista sufría mucho cuando Success y Peñaranda entraban en juego, Mariano era incapaz de frenar a Succes, el lateral brasileño del Sevilla no cuajó precisamente su mejor partido en defensa.
El Sevilla se aferró a Banega, suyas fueron las ocasiones en los minutos 61 y 64, la primera, con un potente disparo desde lejos que hizo que Andrés Fernández se tuviera que emplear a fondo para despejar a córner, la segunda, con un toque sútil casi sin ángulo y tras un gran pase de Reyes que casi se cuela en la portería tras sobrepasar al guardameta. El Sevilla estaba acariciando el empate, en el 69´, Reyes disparó por bajo dentro del área y Andrés Fernández realizó una buena intervención. A los 73 minutos, Unai Emery decidió agotar su último cambio, retiró del campo a Mariano, con tarjeta y superado por Succes, y dió entrada a Konoplyanka. Vitolo ocupó la posición de carrilero para que Reyes y Konoplyanka ocuparan los extremos. Rami, en el 75´, tuvo una ocasión de oro para empatar en un saque de esquina sacado magistralmente por Konoplyanka pero su remate de cabeza no encontró la portería rival.
A los 79 minutos, el Granada volvió a asustar al Sevilla, Peñaranda estuvo cerca de anotar el tercer tanto tras rebotar en él un despeje de Sergio Rico en la enésima contra del conjunto granadino. Apenas dos minutos después, Gameiro tuvo el tanto del empate en sus botas, pero no supo definir ante Andrés Fernández. Una ocasión de las que no debe perdonar un delantero, como ocurriera en el pasado derbi. Immobile, mientras tanto, sigue esperando una nueva oportunidad...
Apenas hubo tiempo para más, el Granada intentó dormir el encuentro y lo consiguió con continuas pérdidas de tiempo. Para más inri, Rami vió la segunda tarjeta amarilla en una acción en la que probablemente no cometió ni falta, pero ya era tarde para lamentos. Al Sevilla se le escapaban nuevamente tres puntos de oro.
Konoplyanka lo intentó en el descuento con un centro chut que acabó alojado en la parte superior de las redes, ya no habrían mñas ocasiones. El encuentro llegó a su fin con la agonía de un Sevilla que se muestra incapaz de vencer a domicilio, sea cual sea su rival.
No hubo forma de anotar el tanto del empate. |
Con el próximo encuentro de liga frente al Athletic de Bilbao en Nervión, se cerrará la primera vuelta y el Sevilla aún no ha logrado vencer lejos del Sánchez Pizjuán, un dato muy preocupante. El equipo si ofrece un buen rendimiento en su estadio pero fuera de él es incapaz de obtener los tres puntos y así, resulta imposible alcanzar los puestos europeos. El próximo partido, la ida de los octavos de copa frente al Betis en el Villamarín. Esperemos que Unai Emery no vuelva a hacer experimentos y aproveche el buen estado de forma que atraviesan algunos futbolistas como Immobile, Banega, Reyes o Cristóforo...
fuente fotos:www.sevillafc.es
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