Una vez más, el Sevilla FC no consiguió un resultado positivo como visitante y cayó derrotado por un gol a cero frente al Espanyol. El conjunto sevillista desperdició una ocasión inmejorable para situarse a solo tres puntos de la quinta plaza y jugárselo todo en la última jornada ante el Athletic.
Las claves del partido:
- El Sevilla no tuvo apenas presencia en ataque y así resulta imposible ganar un encuentro. Ni Llorente, primero, ni Juan Muñoz, después, fueron capaces de crear peligro en el área contraria. El conjunto sevillista no realizó un solo disparo a puerta en todo el encuentro.
- Los suplentes no demostraron estar a la altura y evidenciaron que no son competencia para los titulares. Los canteranos mostraron ganas de agradar y aunque pecaron de inexperiencia, a ellos no se les puede responsabilizar de la derrota.
- El Sevilla, una vez más, dejó una imagen penosa como visitante y tras desperdiciar su penúltima oportunidad para vencer fuera de casa, posiblemente termine el campeonato con el dudoso honor de ser el único equipo que no ha ganado un solo choque como visitante.
- Nico Pareja volvió a sentirse futbolista y disputó de forma íntegra la segunda mitad del partido.
El Sevilla presentó la siguiente alineación: Sergio Rico, Diogo, Fazio, Kolo, Matos, Cristóforo, Cotán, Iborra, Coke, Curro y Llorente.
Unai Emery presentó un once inicial atípico, compuesto principalmente por jugadores poco habituales y hasta tres canteranos. Ninguno de los dos equipos logró hacerse con el control del juego durante los primeros minutos del encuentro y los errores por parte de ambos conjuntos fueron constantes.
El Espanyol se jugaba la permanencia y los nervios pesaban demasiado a la hora de elaborar. La primera ocasión del partido sería para el Sevilla, cuando a los siete minutos, Coke remató de cabeza a centro de Diogo, aunque el balón se marchó ligeramente desviado. El capitán sevillista, que ocupó la posición de extremo, con cierta libertad en tres cuartos de campos, fue el jugador más destacado en ataque del Sevilla. Suya sería también la segunda oportunidad del encuentro, pocos minutos después, con un disparo cruzado que no encontró portería.
Tras un conato de dominio por parte del Sevilla durante los primeros quince minutos, el Espanyol comenzó a adueñarse del esférico, aunque sin llegar a crear excesivo peligro. Los múltiples errores de ambos equipos y la poca fluidez en el juego hacía que el partido no tuviera más atractivo que el de conseguir los tres puntos. El centro del campo del Sevilla ni creaba ni destruía juego y la presencia en ataque era prácticamente nula, pues tanto Iborra como Llorente apenas entraban en contacto con el cuero. Con este panorama y con un disparo de Víctor Sánchez que se perdió por el lateral de la red se llegó al descanso.
En la reanudación, Nico Pareja regresaba a los terrenos de juego sustituyendo a Kolo, que había tenido una actuación pésima durante la primera parte. El Espanyol se puso las pilas en el descanso y salió dispuesto a llevarse el partido en esta segunda mitad. Tras un serio aviso por parte de Víctor Sánchez, que estrelló su remate de cabeza en el poste, llegaría el tanto de los locales.
A los 52 minutos, un potente disparo de Asensio desde fuera del área acabó golpeando en la madera y el rechace le cayó a Caicedo, que fusiló a Sergio Rico para poner al Espanyol por delante en el marcador.
Tras el gol encajado, el conjunto sevillista apenas reaccionó y aunque es cierto que el equipo se encuentra centrado en la Europa League, sobre todo, y en la Copa, no se puede dar una imagen tan lamentable en la Liga. El Espanyol se impuso en intensidad y coraje, y con más corazón que cabeza, acabó siendo el dominador del partido.
Unai Emery intentó lavar la imagen de su equipo con la entrada de Konoplyanka, que sustituyó a Coke, aunque no dio resultado alguno. Todos los balones divididos caían en manos de los locales y el 2-0 siempre estuvo más cerca que el tanto del empate. A los 70 minutos, un desaparecido Llorente abandonó el terreno de juego y dejó su lugar a Juan Muñoz, que continuó en la misma línea, entre otras cosas, por que el Sevilla no jugaba a nada.
A falta de quince minutos para la finalización, el Espanyol dispuso de una triple oportunidad para poner el dos a cero en el marcador pero Sergio Rico, en dos ocasiones, y el poste, evitaron el tanto de los pericos. A partir de ahí, los locales jugaron con cabeza a conservar el resultado y los minutos finales se esfumaron entre pérdidas de tiempo y piques de los futbolistas del Sevilla, que se mostraron impotentes. El encuentro finalizó y el Espanyol selló la permanencia ante un Sevilla que es el visitante ideal para cualquier equipo de la Liga...
fuente fotos:www.sevillafc.es
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